miércoles, 2 de octubre de 2013

Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Quién es más grande en el Reino de los Cielos?”. Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: “Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el Cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el Cielo”.
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¡Que onda chavos!
El Evangelio nos habla de algo muy importante y es la Pureza.
Pongamonos a relfexionar un momento en nuestra niñez y saquemos como conclusiones como eramos antes.
Sin malicias, sin resentimientos, pacificos, inocentes pero ¿dónde quedo todo eso?
En nuestro caminar encontramos cosas quenos suelen derribar y perder esa inocencia en el alma que nos hacia sentir esa paz interior de saber que eramos pequeños.
La invitación de Cristo esta demasiado clara, esto no significa que nos comportemos como niños y seamos inmaduros sino que seamos inocentes y seamos buenas personas. Un alma de niño en un cuerpo de adulto eso nos pide Cristo.
¡Entendido!
See you! (:

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