viernes, 4 de octubre de 2013

Evangelio según san Lucas 10, 13-16

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo”. Luego, Jesús dijo a sus discípulos: “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza, y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”.
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¡Quiubo!
¡Más claro ni el agua!
Mis amigos, en esta vida somos conocedores y entendidos de cada una de las cosas que Dios nos da, a veces son contraridades pero ellas son porque nos esta preparando algo mucho mejor.
En esta vida solo tomamos lo malo y le echamos la culpa a Dios de nuestros malos siendo que a veces son consecuencias de nuestros actos, no castigos como solemos llamarlos por Dios.
Tantos prodigios que él nos da como una familia, amigos, estudio, nuestra pareja y sobre todo cada una de las virtudes que nos da en este caminar de la vida pero desgraciadamente no nos damos cuenta de ello y tiramos en saco roto lo que Dios nos da. Si conocieramos el amor de Dios nos dariamos cuenta de que nos da todo para bien porque somos hechos de AMOR porque Dios es AMOR y estamos hechos a su imagen y semejanza. Quitemonos esa venda y dispongamonos a ver con los ojos del alma todo aquello que Dios nos da y sobre todo compratir cada una de nuestras virtudes al prójimo.
See you! (:

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