viernes, 19 de julio de 2013

Evangelio según san Mateo 12, 1-8

Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con Él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: “Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”. Él les contestó: “¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes? ¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo. Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado”.

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Qué onda hijos de Dios!!!

En nuestra actualidad también nos enfrentamos a este tipo de conflictos, la obediencia, si, es una virtud, pero aveces la actitud revolucionaria es necesaria en un mundo que exige hoy...amor. Dar amor y ejemplo de vida es nuestra principal causa de revolución y si ese amor se ve truncado por las leyes entonces algo está mal. Tengamos también cuidado en como armamos nuestra revolución, no todas tienen verdad y son por buenas causas...encaminemos bien nuestras razones y fundamentemos, en Dios, a esta revolución.

Meditemos hoy, pensemos en nuestra revolución y en hacer, sobre todo, la voluntad de Dios.

CIAO!!

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