sábado, 9 de marzo de 2013

Evangelio según san Lucas 18, 9-14

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por buenos y despreciaban a los demás: “Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias’. El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’. Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

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Que onda hijos de Dios!!!

Esta parabola nos abre la mente a entender cual debe ser nuestra actitud en la vida..el reconocernos pecadores es un acto de humildad mijo, y saberte in merecedor del amor de Dios es el primer paso para alcanzar esa humildad necesaria... Cuando cambiamos y encontramos a Dios, empezamos a correr este riesgo de orar como el fariseo... LOS FARISEOS, eran hombres que se creían perfectos y consentidos de Dios, cuidemos mijos de no caer en ese error y creernos elegidos... vivamos la HUMILDAD con totalidad en nuestra vida...

"Porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido"

nos leemos mañana...

HAY VIDEO!!

ciao!

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